En Sevilla, la Navidad se termina cuando comienza la búsqueda del vestido (perfecto) de flamenca; tiendas de tejidos, recortes de periódicos y tardes de viernes en la calle Francos ¿os suena?
Una de la mejor manera de inspirarnos es asistir a We Love Flamenco, la pasarela dedicada a trajes de flamenca que lleva cuatro años celebrandose en el legendario Hotel Alfonso XIII. Si no habéis podido acudir a la cita, aquí os dejo un recopilatorio de las mejores creaciones para este año.
Aurora Gaviño, debutante en esta pasarela, presentó Cachitos de mí, una colección donde abunda el blanco roto, el rojo intenso y el azul turquesa. Vestidos con profundos escotes en uve y mangas que culminan en multitud de volantes a la muñeca. Profusión de detalles en una mezcla de estilo clásico y étnico, pero siempre renovado.
Irene, en un juego de rojos y negros, coronada con un espectacular tocado de orfebrería dorada.
Carmen con vestido rojo de lunares en el mismo tono, escote en uve y manga con volantes de varios tamaños. El inevitable clavel adorna su peinado de ondas al agua.
Los escotes se alejan de los extremos y se quedan en un favorecedor equilibrio.
Los microlunares no son terreno exclusivo de las más pequeñas y protagonizan vestidos de cierto aire retro como éste de lunares blancos y ribetes rosa salmón.
De nuevo, tonos rosados para esta blusa cuajada de jaretas y volante con preciosa caída en la muñeca.
Espectacular vestido fucsia con mangas y volantes de satén.
La guapísima Lola Alcocer finalizaba el desfile con un vestido de novia blanco roto de escote cerrado en encaje y semitransparencias, y abundantes volantes al final de la manga.
El dúo de Juanjo Bernal y Pablo Retamero ha presentado la colección Fragua de Gitanería en la que recuperan las siluetas tradicionales y seventies, con grandes volantes y volúmenes en sus faldas.
Rasos y sedas en estampados florales muy coloridos dejan a un lado la flamenca monocolor que habíamos visto los últimos años y dan paso a una mujer más gitana que nunca.
Flecos, pasamanería y encajes negros dotan a los trajes más sencillos de cierta inspiración taurina. En el pelo volvemos a ver las flores a un lado y las clásicas ondas al agua.
Fotos de Aníbal Gonzalez
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