Partiendo de la elegancia y la naturalidad como premisas de la mujer Torretta, el diseñador propone ataviarnos el próximo verano con vestidos ligeros (¿hay prenda más femenina que ésta?) y monos de cuerpo entero.
Colores clásicos como el blanco en algodon y crepe de seda, y el negro en transparencias brocadas que dejan ver el cuerpo. La tarde se llena de vestidos con movimiento y largo al tobillo, escotes asimétricos , bardot o de una sola manga, que dejan asomar el escote y estilizan la silueta entera.
Rosa empolvado; si vestido es el femenino en corte, el rosa lo es en color. Verde y azul combinados en estampados vegetales. Azul apagado y marino, en vestidos a veces ajustados, a veces sueltos, y otras en cuero que actúa como una segunda piel. Sandalias tango, que sin restar protagonismo al look, realzan la elegancia del conjunto. El pelo está ondulado, peinado sin peinar, propio de una elegancia contemporánea. El outfit se completa con pendiente único de la colección de Uno de 50, en un gesto de frescura y modernidad.
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