Ahí fuera hace mucho, mucho frío y podemos hacer dos cosas; entregarnos al casi ya presente espíritu navideño o soñar con palmeras y el verano próximo. En nuestro habitual repaso a las pasarelas, hoy hemos elegido esta segunda opción y toca revisar la propuesta de Moisés Nieto. El diseñador nos ha llevado hasta el calor de los sesenta en una colección alegre, femenina y algo naif.
Minifaldas, vestidos camiseros, culottes y tops que dejan parte de la cintura a la vista, y mucha transparencia para vestir a una mujer liberada tras el ostracismo de años anteriores. Dice haberse inspirado en la costa española de la época, con todos sus tópicos y contradicciones (la paella, la sangría, la sueca desatada frente a la española aún vergonzosa) y así, ha construido esta colección que parte de la elegancia sesentera y llega al folclore español, donde Moisés se mueve como pez en el agua.
Tejidos retrofuturistas, como el neopreno, el punto y los acharolados. Colores dulces como el fucsia pálido y el azul celeste, se combinan con rojos y marinos. Una vez más, vemos las influencias de la cultura juvenil, tanto en la paleta de color como en los accesorios; grandes pendientes de aire infantil, gafas de pasta, lazadas al cuello, y unas mary janes amarillas que calzaban casi todas las modelos. Mención especial merecen los bolsos, de tamaño prudente y colores muy apetecibles, prometen ser todo un acierto comercial en la próxima temporada.
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