“Lo que ves en Alta Costura está diabólicamente bien hecho, quizás no se vea a simple vista pero un ojo bien entrenado lo notará” -Karl Lagerfeld.
Uno podría pensar que se trata de otra propuesta similar de trajes de tweed y colores empolvados, pero basta con mirar de cerca la nueva colección de Alta Costura de Chanel, para darse cuenta de la magia; apliques de flores en forma de cuentas y strass, delicados encajes bordados, cortes impecables y favorecedores en el eterno conjunto de tweed…
La mano de los artesanos está presente en cada uno de los detalles.
Pero nosotras, amantes de la moda y consumidoras ávidas de novedades, necesitamos siempre ese algo más y Chanel nos lo trae en forma de color, el rosa en multitud de variantes; palo, beige empolvado, coral claro, fucsia intenso… Una paleta de tonos florales que colorean los tules, bordados y tweeds de la colección.
68 looks en los que se une la poesía y la modernidad, como solo Lagerfeld sabe hacer, en una combinación de delicadas organzas con accesorios de plexiglás y velos de tul.
Los trajes de tweed teñidos de rosas y empolvados se erigen en siluetas rectas o trapecio con cuellos amplios y hombros redondeados, mientras las faldas de abren en forma de flor. El tejido emblemático de la casa también protagoniza vestidos abrigos o incluso vestidos túnica.
La noche se presenta ligera y rectilínea o airosa y llena de volumen, como en un cuento de hadas. Desde el rígido vestido canasta enteramente bordado que luce Kaia Geber, a una falda ligerísima de satén pintado a mano. El hilo conductor de todos ellos es la suave paleta de color y la referencia, constante en toda la colección a las flores; bouquets de camelias, ranúnculos y anémonas florecen en la primavera rosa de Chanel.
#CHANELHauteCouture