El estampado más español de todos se presenta este año en versiones menos folclóricas; vestidos de estilo victoriano con cuellos altos y mangas abullonadas, tamaño mínimo, colores suaves que lo convierten en opciones románticas y etéreas o en versión pop con lunares de gran tamaño y colores chillones. En cualquier caso, se aleja de su versión más obvia y se plantea como alternativa a los brillos y el terciopelo esta Navidad.
¿Un añadido? Es la mejor baza para triunfar como invitada (Inés Domecq y su vestido azul de lunares negros…puro amor).
Patri lleva vestido de María Escoté, bolso de Antonio García y sandalias de Zara. Yo llevo vestido de Massimo Dutti, zapatos de Pura López, estola y bolso de Zara y pendientes antiguos de la tienda Lullaby (Barcelona).